Principales secuelas en el cáncer de mama

Debido a la propia enfermedad y a efectos secundarios de los tratamientos, es común experimentar ciertos síntomas y/o alteraciones. Los principales se describen a continuación.

Cambios físicos.

Entre los cambios físicos que se producen se podría destacar la pérdida de la fuerza, pérdida de la masa muscular y la disminución de la densidad ósea, que a su vez puede estar acompañado o no por un aumento del porcentaje de grasa corporal. Cabe destacar que una disminución del tejido muscular así como el aumento de la grasa está asociado con peores tasas de supervivencia. Es muy importante contrarrestar o prevenir estos cambios físicos mediante ejercicio.

Cansancio o fatiga.

Existe un tipo de fatiga o cansancio que se denomina “fatiga relacionada con el cáncer”, que define como una sensación de cansancio persistente, subjetivo y que conlleva agotamiento físico, pero también emocional y cognitivo. Se caracteriza porque no es proporcional a la actividad reciente. Puedes leer más sobre este síntoma aquí.

Dolor.

El dolor relacionado con el tumor informa al oncólogo sobre la progresión del tumor. También puede indicar que el tumor esté dañando algún tejido. Tras la enfermedad, entorno a 30% de las mujeres que han padecido cáncer de mama sufren dolor tras el cáncer. Este tipo de dolor es muy amplio y puede estar relacionado con el tratamiento o con secuelas debidas al mismo. Por ejemplo, puede producirse dolor en el hombro como consecuencia de la cirugía, o dolores articulares como consecuencia del tratamiento con terapia hormonal en algunas mujeres. Un ejemplo de dolor relacionado con las secuelas del tratamiento puede ser aquel producido en ocasiones por el linfedema (puedes conocer sus factores de riesgo aquí)

Pérdida de la función del brazo.

La disfunción del brazo o de la extremidad superior es común en pacientes que son tratadas mediante cirugía. Esta pérdida de la función puede estar ocasionada por la disminución de la movilidad, pérdida de fuerza o debilidad, dolor en el hombro o el brazo y la presencia de linfedema. Estas alteraciones conllevan una peor calidad de vida, un mayor índice de masa corporal y menores niveles de actividad física. Entre las principales secuelas del brazo se encontrarían el linfedema, o el Síndrome de Web Axilar, también conocido como “cordones axilares“.

Si la función de tu brazo está disminuida, es importante que sepas que no es excusa para no hacer ejercicio. Como expliqué en otro post: ¡Abraza el movimiento!

Lesión nerviosa periférica.

A veces, los nervios periféricos (por ejemplo, aquellos que recorren las extremidades) pueden dañarse. La mayoría de pacientes de cáncer de mama que sufren esta alteración es debido a la quimioterapia. Esto acarrea síntomas como alteraciones de la sensibilidad, debilidad de las piernas o pérdida del equilibrio, entre otros.

Alteraciones en la piel.

Alteraciones de la piel son principalmente producidas por la quimioterapia y la radioterapia. Los fármacos quimioterapéuticos pueden producir erupción cutánea o sequedad debido a la toxicidad en la piel. Por otro lado, la radioterapia puede producir radiodermatitis hasta en un 95% de las pacientes, presentándose en forma de reacciones cutáneas, como la descamación o el eritema.

Deterioro cognitivo.

Un porcentaje de pacientes presentan un empeoramiento en su capacidad cognitiva: reducción en la capacidad de atención, concentración, memoria y velocidad de procesamiento de la información .

Otros efectos secundarios.

Es común presentar síntomas relacionados con la ansiedad y la depresión tanto después del diagnóstico como a largo plazo. También es común que se presenten alteraciones del sueño, como el insomnio.

Como consecuencia del tratamiento se pueden dar multitud de efectos secundarios: desde náuseas, vómitos y/o pérdida de apetito hasta pérdida de la función reproductiva y cardiotoxicidad  (daño del músculo del corazón).

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