Por el 8 de septiembre, en el Día Mundial de la Fisioterapia, me gustaría dedicar una publicación a la fisioterapia digital o telerehabilitación. Si la “fisioterapia online” te parece futurista…. ¡Ya vas tarde! Y no lo digo yo:
De manera reciente se ha publicado la guía de práctica clínica sobre telerehabilitación por la American Physical Therapy Association (APTA). En ella se define qué es la telerehabilitación, recomendaciones generales, beneficios mostrados hasta ahora y las limitaciones actuales.
Como te imaginarás, la telefisioterapia o fisioterapia digital se refiere al uso de tecnologías de telemedicina para que fisioterapeutas proporcionen diagnóstico, pronóstico e intervención, permitiendo a los pacientes mejorar su función física, movimiento y calidad de vida.
Y lejos de lo que podamos llegar a pensar en una primera instancia, la telefisioterapia ha mostrado resultados similares a la fisioterapia tradicional o presencial. Concretamente, hay evidencia en patologías como la artroplastia de cadera y rodilla, enfermedades respiratorias crónicas, insuficiencia cardíaca crónica, accidente cerebrovascular, lesiones de la médula espinal y enfermedades neurológicas como la enfermedad de Parkinson. Por otro lado, se ha demostrado que la telefisioterapia puede incluso llegar a conseguir mejor adherencia y asistencia al tratamiento en algunos casos.
A la hora de implementar esta práctica, los y las fisioterapeutas tenemos el deber de identificar barreras y facilitadores en cada paciente, para facilitar el tratamiento. Así mismo, debemos ser consciente de que no es para todos, y que hay ciertas condiciones de salud u objetivos sanitarios para los que esta práctica no es viable. Por ejemplo, los pacientes que no tienen conocimiento sobre el uso de herramientas digitales o una mala conexión a internet.
Lo que está claro, es que ya no es estrictamente necesario desplazarse en largas distancias ni faltar al trabajo para recibir fisioterapia; ahora, el tratamiento puede realizarse desde casa y a distancia, permitiendo a los pacientes integrar más fácilmente los ejercicios y así como recibir educación terapéutica.
En mi opinión, considero que el formato “híbrido” ofrece lo mejor de ambos mundos: reducción de costes y tiempo de desplazamiento, manteniendo el contacto físico y ese lado más “humano”.
Y tú ¿haces uso de la fisioterapia digital?