Con mayor frecuencia de la que nos gustaría, nos encontramos con pacientes a los cuales les han dicho que su situación (función, síntoma, alteración de algún sistema, consecuencia de tratamiento o accidente, etc) ES NORMAL.
Si algún fisioterapeuta lee esto, seguramente esté recordando todas esas veces en las que ha visto pacientes con su vida limitada porque con asumir una normalidad, le estaban indicando que debía conformarse con una situación que era (totalmente o en parte) reversible si se trata con fisioterapia, la gran olvidada.
Evidentemente, es normal que duela el hombro si has sufrido un desgarro, es normal que te pueda doler el tobillo si sufres un traumatismo, es normal que no puedas hacer casi nada después de una operación o un proceso oncológico. Pero lo importante es preguntarnos si esa NORMALIDAD ES MODIFICABLE, si podemos revertir ese estado físico, función o síntoma actual.
Por ejemplo, es habitual que a un paciente tras sufrir un cáncer le digan que es normal que se canse pronto y que su actividad física se vea limitada a actividades muy suaves ¿Pero significa esto que debe permanecer en ese estado para siempre y lidiar con esa secuela para el resto de su vida? Si bien es cierto que los tratamientos oncológicos producen efectos adversos tales como la fatiga, existe una mejora, cuyo margen variará dependiendo de cada caso.
Las fisioterapeutas realizamos una valoración del paciente, desde aquel que ha sufrido un ictus hasta un accidente laboral, para determinar qué es posible mejorar y realizar el tratamiento más adecuado para cada caso.
En resumen, asume tu normalidad como tu normalidad de hoy, pero debes conocer que la fisioterapia te puede ayudar a revertir ese estado para transformar tu normalidad de mañana.
Si has pasado o estás atravesando una enfermedad, lesión, período de hospitalización, intervención quirúrgica, etc. Antes de asumir tu “nueva normalidad”, acude al fisioterapeuta, el profesional sanitario experto en el movimiento que te podrá valorar y tratar, derivando también a otros profesionales (terapeutas ocupacionales, psicólogos, nutricionistas, etc) cuando sea necesario.