El Drenaje Linfático Manual (DLM) y Ejercicios activos (EA) muestran resultados similares en mujeres operadas de cáncer de mama.

Un estudio analizó los efectos a largo plazo del Drenaje Linfático Manual (DLM) y ejercicios activos (EA) en pacientes operadas de cáncer de mama.

Se incluyeron mujeres con mastectomía unilateral y disección de ganglios linfáticos. Se excluyeron aquellas mujeres que: habían sido sometidas a reconstrucción mamaria inmediata; antes de la cirugía tenían una diferencia en la circunferencia extremidad superior mayor a dos centímetros; tenían un déficit motor o infección en la extremidad superior ipsilateral a la cirugía; aquellas que habían recibido radioterapia.

Se les realizó mediciones antes de la operación, a los 2 meses y 30 meses tras la intervención. Un grupo recibió DLM (sesión individual) y el otro EA (grupos 5-20 mujeres, consistente en estiramientos y ejercicios analíticos activos libres de peso), 50 minutos, 2 veces por semana durante 30 días.

Los resultados mostraron que produjeron efectos similares en complicaciones de la herida, rango de movimiento y parámetros de linfoescintigrafía (gammagrafía de los vasos linfáticos) a corto y largo plazo. Además sugiere que el EA puede ser más efectivo que DLM para la prevención del linfedema en mujeres mayores de 39 años, ya que aquellas mayores de 39 tratadas con DLM presentaban mayor riesgo de desarrollar linfedema. En las mujeres menores de 39 años, un índice de masa corporal mayor a 24Kg/m2 era el factor asociado a linfedema.

Los autores discuten que la efectividad del DLM para prevenir el linfedema tras operación por cáncer de mama. De hecho, sólo hay 3 ensayos clínicos aleatorizados hasta el momento, con resultados contradictorios. Con respecto al ejercicio, éste provoca un aumento en la presión arterial y el gasto cardíaco, lo que resulta en un aumento de la filtración capilar, lo que conduce a un aumento de la presión intersticial, facilitando la entrada de líquidos y proteínas en los capilares linfáticos. El impacto positivo del ejercicio en los sistemas muscular y cardiovascular parece favorecer la extracción y circulación de la linfa.

Aplicaciones clínicas: Este estudio demuestra que el DLM es tan seguro y eficaz como el ejercicio en la rehabilitación después de la cirugía de cáncer de mama. En las mujeres más jóvenes (menores de 39 años), la obesidad parece ser el principal factor en el desarrollo del linfedema, y las acciones dedicadas a reducir el peso corporal pueden ser de gran beneficio para las mujeres que se someten a una cirugía para la el cáncer de mama. Por otro lado, este estudio muestra que en mujeres mayores, es fundamente que las intervenciones se centren en mejorar la fuerza muscular para prevenir el linfedema.

Fuente: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29304140

IG: https://www.instagram.com/p/Bv60KpfHsYR/

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